Y Yolanda tuvo su particular domingo santo. Eligió el pabellón de Magariños, que no es precisamente el Wembley Stadium (vamos, que cabían los justos). Magariños no es Vista Alegre: es un pabellón de barrio, exclusivo para quienes han normalizado ser comunistas e ir vestidos de Carolina Herrera. Yolanda apareció como Evita Perón, o como aquel anuncio de perfume cansino “Que se llama Farala y es divina”, con un tono de voz que duerme y que disfraza a la Mata Hari que lleva dentro. El sanchismo le debe mucho a su nueva diva, que se ha comido a Pablo, a Irene y a Ione. Y no hay dudas: tiene en su germen inicial las siglas de Sánchez. Si antes la tutelaba Pablo, ahora lo hace Pedro. No hay precedentes en nuestra historia de semejante dislate en forma de guerras fatricidas. No puede salir bien.
Como tampoco le puede salir bien a García-Page atribuir a un error humano los tiempos de espera de 157 días para ser operado en Castilla-la Mancha, según el Ministerio. ¡Esta es buenísima! Con lo que se han gastado en informatizar los datos del Sescam, ¿ahora saltan con esto? Muchas empresas han elaborado los procedimientos informáticos, entre ellas, INDRA. Pero, como siempre, García-Page niega la mayor y seguro que buscará titulares nacionales para no parecer lo que es: el sanchista regional que intenta ocultar las siglas de su partido en las revistas que va repartiendo, haciendo apología de su gobierno. Ahí no nos cuenta que algo de comunismo practica, a tenor de la última propuesta de Ley de Agricultura, donde se recoge la posibilidad de expropiar las tierras si no cumplen su función social. Vaya tufillo bolivariano.
En Tomelloso están como arreglando una boda, enseñando el Mercado de Abastos como cuando se enseñaba la dote. Les va a traer cuenta contratar un guía. Ya está firmado el decreto de convocatoria de elecciones así que, como no caben las inauguraciones, pues a enseñar la casa. Como reza el dicho: “El borrico grande, ande o no ande”. Tiempos de propuestas, que no de promesas. Para incumplir la de limitación de mandatos en el sanchismo local, mejor callarse. Que lo que no quiero callar son los 20.000 euros de las letras de Tomelloso puestas en el Urbano Martínez. ¡Ni que fueran de alabastro! ¡Qué derroche! Cuando aún hay calles vergonzosas en nuestro pueblo, no muy lejos de ahí.
Tomelloso necesita un cambio que impulse la ciudad empresarial e industrial que siempre ha llevado dentro, creadora de empleo y de riqueza. Una ciudad que no se resigna a ser rentista de la popularidad de sus grandes artistas. La que está presente en proyectos emblemáticos en todo el mundo. La que nos llena de orgullo cuando nos dicen: esto lo ha hecho una empresa de Tomelloso. Tomelloso es mucho más. #JavierNavarro
Me ha encantado tu artículo de la Farala de Magariños, como todo lo que publicas
Te animo a que siga así