Tomelloso siempre ha sido un pueblo callado y tranquilo. Las habituales labores, casi siempre del campo, han sido la excusa de gente extraordinariamente trabajadora. Trabajar ha sido, para cientos de generaciones, el único motivo para levantarse antes de que el sol saliera. Ese, y la familia. La familia sigue siendo la institución más valorada y protegida por la sociedad de Tomelloso. Los tomelloseros somos gente aguerrida y luchadora, así nos han plasmado muchos escritores en sus narraciones. Lo mismo con el gesto tosco del duro trabajo, que se ha pintado de manera extraordinaria.
Pero también los tiempos han cambiado para nuestro querido pueblo. En Tomelloso, el progreso y la tradición se han mirado de reojo, pero con respeto. Aún recuerdo mi etapa universitaria (y mucho), cuando te encontrabas con alguien del pueblo por las calles de Madrid, que es donde yo estudié, y te decían: “¿Cuándo vas al pueblo?”. El pueblo era Tomelloso, siempre nos hemos referido a él como el pueblo. Y es en ese pueblo, y en ese cambio que irremediablemente llega sin su permiso, pero de su mano, donde comienzan a llegar servicios de primer nivel.
Y el Hospital de Tomelloso llegó con esa revolución social y política. Los tomelloseros sacaron su habitual tozudez, tímida y preocupadamente adormilada, para lanzar una ofensiva social, pacífica, pero capaz de dar zarpazos a quien no entendiera su necesidad.
Los movimientos sociales que se han producido alrededor de las reivindicaciones del Hospital han sido muy potentes y no se han producido desde la ideología política. La Plataforma Pro Servicios de la Comarca de Tomelloso, está protagonizando la reivindicación de dotar al Hospital de Tomelloso con una UCI, y poniendo en serios aprietos a quien inexplicablemente no apoya esta petición. El Grupo Municipal Socialista, ha sido interpelado por los miembros de la Plataforma de una manera directa en los últimos Plenos del Ayuntamiento de Tomelloso. Y en mi opinión, no han fundamentado ni argumentado su posición de no apoyo a esta reivindicación. Y tienen un serio problema. Y les va a perseguir durante toda la legislatura. Es incomprensible. Deberían explicarse, si es que encuentran alguna explicación. Como decía García Pavón: “Éramos las mandaderas y la criada de Madrid”. Hoy tampoco lo somos de Toledo. Tomelloso es mucho más.