A Pedro Sánchez le ha salido un tío nuevo, el “tito Berni”, un ex diputado nacional que ha salido más golfo que una baraja, con un gran reportaje en calzoncillos, con prostitutas y cocaína de por medio (que vuelve la borrica al trigo…). Sólo que el “tito” de Sánchez, llevaba a gala ser el impulsor del fin de la prostitución. Sería para otros, digo yo. Y, mientras tanto, entraba en el Congreso de los Diputados (por cierto, que hasta donde yo sé, piden el DNI y registran los datos de la visita) con la bazofia que le acompañaba. Y Patxi López dice que él no se enteraba de lo que ocurría en su propio grupo parlamentario (¡que me aspen!). Y siguen sin tener tiempo para modificar urgentemente la Ley del “Sí es sí”: 700 condenas por delito sexual han sido rebajadas ya. Es un escándalo.
Como escandaloso resulta que el sanchismo se dedique a hablar y a señalar a los empresarios, como en el caso Ferrovial.
En Castilla-La Mancha, dentro del Hospital Nacional de Parapléjicos, se ubica un complejo polideportivo que lleva el nombre del “malvado” Rafael del Pino, quien tuvo a bien invertir más de 13 millones de euros para la rehabilitación de miles de personas que han utilizado sus instalaciones, pero García Page calla. Pedro Sánchez estará pensando que es lo más, porque si tuvo el cuajo de decir que “si Botín y Galán protestan, es que vamos bien”es, sin duda porque la arrogancia populista que destila se parece mucho a la de Perón. No es Belarra, es Sánchez.
De Tomelloso no se va a ir ninguna gran empresa por el gobierno de Sánchez. Esto no va a ocurrir porque ninguna ha venido. No habrán visto interesante invertir en nuestro pueblo, que cada vez es menos pueblo y cada vez se parece más a todos esos pueblos llenos de bolardos, que parecen penitentes, y maceteros frutos de proyectos hechos como los churros y carentes de personalidad. Eso sí, mucha sonrisa y mucha luz. “Dientes”, que decía la Pantoja. Lo malo es esto. Lo bueno, es que queda menos. Hay alternativa. #JavierNavarro