La Romería de la Virgen de las Viñas de este año 2023 ha concluido. Lo ha hecho con récord de asistentes puesto que, en el balance provisional que hacía a su término la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, aseguraba que «se han roto todas las expectativas previstas, con una estimación de entre 36.000 y 38.000 personas, en una ciudad con 37.000 habitantes, puesto que había ríos y ríos de gente por todos sitios, desde la zona joven hasta la de tascas». En esa misma línea, el presidente de la Hermandad de la Virgen de las Viñas reconocía que «ha sido una Romería multitudinaria, que se ha vivido con muchísima intensidad pero, sobre todo, con devoción». Un éxito que, sin duda alguna, está directamente ligado a esa mezcla de costumbre y tradición que, un año más, ha alimentado el corazón de Tomelloso. Pero sobre todo, al cariño que nuestra ciudad siente por la Virgen de las Viñas. De hecho, uno de los momentos más esperados de esta Romería era conocer cómo iba a ir vestida, puesto que estrenaba indumentaria completa. Un precioso vestido del que Tomelloso Hoy ha querido conocer más detalles, de la mano de la persona que más sabe de él. Se trata de Félix Godoy, su mayordomo, que nos cuenta que «ha sido un diseño muy romero, en el que hemos estado trabajando durante todo este año, compuesto por un manto con algo de color, con bordados en relieve porque, en Romería, me gusta que tenga más vida». Todo ello «nos lo han hecho en bolillos a mano aquí, en Tomelloso», al tratarse de una donación de una persona que ha hecho «una acción de gracias muy importante porque, además, era un caso muy complicado que se ha resuelto». Reconoce que, en la actualidad, se arregla a la Virgen de las Viñas de una manera «más natural, acorde a las tendencias», desvelándonos muchos secretos de dicho proceso que desconocíamos hasta ahora. Una ardua tarea para conseguir revivir el momento que más le emociona de esta celebración, que siempre es «cuando la gente de Tomelloso está pasando por delante de la Virgen de las Viñas, porque estoy al lado y es impresionante, ver las caras, las expresiones, las lágrimas, etc.».
TH: ¿Cómo viviste el anuncio, por parte de la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, de la inversión de 120.000 euros para la construcción de un nuevo Museo de la Virgen de las Viñas?.
FG: Pues yo, si cabe, soy el que mejor lo ha visto, porque el Museo de la Virgen de las Viñas es mi vida. Es algo que tuve la ilusión de hacer, que empecé a trabajar hace mucho tiempo, en la calle durante tres años, porque requería de preparar mucha documentación. También, de recopilar objetos, porque en el Santuario de Pinilla no había nada, puesto que todo estaba en casas particulares. Entonces, tuve que partir de fotografías antiguas, identificando personas y, después, empezando a visitarlas, un poco tirando de investigación.
TH: ¿El actual Museo de la Virgen de las Viñas se ha quedado pequeño?.
FG: ¡Si! Ya se nos ha quedado pequeño, así que es muy gratificante ir consiguiendo cosas, porque se te olvidan los pesares de los malos momentos. Es más, desde esa investigación inicial que hice para el Museo de la Virgen de las Viñas actual, he seguido trabajándolo. De hecho, esta misma tarde vengo de recoger más cosas, como es el caso de documentos del año 1944 que me han dado, de la primera Romería que se hizo en Tomelloso el 7 de mayo. Luego, tengo otras muchas cosas guardadas en el almacén del museo, que están catalogadas, pero nos hemos quedado sin espacio. Entonces, teníamos ese sueño de ese proyecto de ampliación, que gustó mucho, así que hemos recibido la noticia con mucha ilusión, yo me volví loco.
TH: ¿Cómo ha sido el proceso de creación del vestuario que la Virgen de las Viñas ha lucido durante esta Romería 2023?.
FG: Ha sido un diseño muy bonito, muy romero, en el que hemos estado trabajando durante todo este año 2023. Ha sido una donación completa de una persona anónima, con una línea muy fresca, que ha quedado precioso y que teníamos muchas ganas de vérselo puesto. Yo he estado en todo el proceso de su confección, puesto que la persona que lo donó me dijo que como yo quisiera, que lo que quisiera. Además, la persona que lo ha donado vino con mucha humildad, preguntándome si podría regalarle algo a la Virgen de las Viñas y, claro, yo quería un tipo de tela especial, un manto con algo de color, con bordados en relieve porque, en Romería, me gusta que tenga más vida. Así que, después de probar muchas muestras, que tardaron cuatro meses, con los tonos, así como la combinación que queríamos, ha quedado tal y como se lo habéis visto puesto. Creo que mejor no podría haber salido, porque ha contrastado con el color de las andas, además de haber sido confeccionado en Tomelloso. De hecho, se ha hecho una combinación entre el color perla del vestido, con matices en plata, así como el manto, en azul agua marina, de seda valenciana, con una guirnalda en plata y, sobre relieve, dos blasones en tonos ocres, rosa palo y malva, que nos lo han hecho en bolillos a mano aquí, en Tomelloso. En cuanto a la persona que lo donó, ha sido una acción de gracias muy importante porque, además, se trataba de un caso muy complicado que se ha resuelto. También, en sus manos, ha llevado una donación bastante importante, como es un rosario del siglo XIX, con unas bolas de nácar puro del que ya no existe.
TH: ¿Cuánto tiempo soléis tardar en vestir a la Virgen de las Viñas para una celebración como la Romería?.
FG: Unas cinco horas más o menos porque, cuando es un vestido nuevo, vamos más despacio, porque no lo tienes “tanteao”. Cuando es un vestido que ya has puesto más veces, sabes ya donde puedes hacer alguna «trampita», pero con uno nuevo no. Además, luego están los volúmenes, porque tú pruebas con un número de enaguas y, a lo mejor, te queda escaso de volumen, así que tienes que quitar y poner más. En este caso, que el vestido pesa bastante, si habitualmente lleva ocho enaguas, hemos tenido que ponerle doce.
TH: Imaginamos que ese momento de vestir a la Virgen de las Viñas para una celebración como la Romería tiene que ser muy emocionante.
FG: ¡Sí! Es muy especial, muy bonito porque, además, se vive en la intimidad. De hecho, se cierra la Ermita de Pinilla y se tapa la puerta principal. Así, de madrugada, entra la Junta Directiva de la Hermandad de la Virgen de las Viñas y se le reza una salve. Después, todos juntos colaboramos para bajar la imagen y, una vez hecho, la Junta Directiva se marcha. En ese momento, nos quedamos las camareras y yo hasta que terminamos de vestirla.
TH: ¿Qué parte de la Virgen de las Viñas suele ser más complicada de arreglar?.
FG: ¡El pelo! Toda esa parte del busto es la más complicada, de cintura para arriba.
TH: Además de ese momento tan emocionante de vestir a la Virgen de las Viñas, ¿qué otros instantes de la Romería suelen ser los más especiales para ti?
FG: A mi el momento que más me emociona siempre es cuando la gente de Tomelloso está pasando por delante de la Virgen de las Viñas, porque estoy al lado y es impresionante, ver las caras, las expresiones, las lágrimas, etc.
TH: En tu caso, ¿eres más de la Virgen de las Viñas o de su niñete?.
FG: Pues la verdad es que soy mariano. De hecho, en Semana Santa, desde que era niño, estoy con la Virgen de la Soledad, que también la visto.
TH: Seguramente habrá muchas personas que no sepan en qué consiste tu cargo de mayordomo de la Virgen de las Viñas. ¿Nos lo puedes explicar?.
FG: Es que no soy una persona de promoción, soy una persona discreta, que hago lo que tenga que hacer, pero ya está, porque lo que se tiene que ver es la Virgen de las Viñas, no yo. Pero sí, mi cargo es el de mayordomo que, a parte de ser el responsable del patrimonio de la Virgen de las Viñas, cuida todo su ajuar, junto con las camareras que me ayudan. De hecho, trabajamos todo el año, porque todos los meses hay una pareja de dos personas que está en Pinilla continuamente. Tenemos un cuadrante establecido así que, cada mes, según el tipo de acto que haya, tenemos establecido lo que tenemos que hacer, como limpiar las ropas, los manteles de altar, la tintorería, los armarios se airean cada dos meses, se abren enteros, además de los cajones para que entre aire, etc. Eso es mucho más trabajo del que se ve, para que llegues a la ermita y este todo perfecto, con esos manteles tan bien almidonados, con todo tan relimpio.
TH: Entonces, ¿cuánto tiempo llevas arreglando a la Virgen de las Viñas?.
FG: Pues es curioso, porque creía que desde los años 90, pero hoy mismo me han dado una memoria de la Hermandad de la Virgen de las Viñas del año 1983, en la que pone que me dan las gracias por haber empezado a colaborar con ellos. Ese año empezaría a colaborar con las camareras, pero sería en 1995 cuando comencé como mayordomo.

TH: ¿Qué sentiste la primera vez que arreglaste a la Virgen de las Viñas?.
FG: Eso es inexplicable. Porque, claro, siempre hay bulos de que no se qué, que si es un palo con la cabeza, esas cosas que se suelen oír por ahí. La verdad es que mi devoción con la Virgen de las Viñas comenzó porque, con mis abuelos, que vivían en el campo, porque eran los guardeses de una finca en la que, ahora, están situadas las alcoholeras de González Byass, que era de Francisco Martínez Ramírez, más conocido como El obrero, pues allí había unos jardines tremendos, con árboles de lilas. Aunque mi abuelo no iba a la Romería, venía a esperar a la Virgen de las Viñas y me llevaba con él para entregarle un ramo de lilas. Un año, me dijo que se las pusiera yo, miré para arriba y me entró un escalofrío, algo rarísimo que no olvidaré en la vida, siendo un niño y, desde entonces, ya tenía que ir a Pinilla y me iba solo andando.
TH: ¿Cómo desarrollaste esa técnica?.
FG: Pues arranqué viendo cómo la vestían. Así que, después, se ha ido moldeando esa manera de vestirla, puesto que la manera de antes era mas clásica, poniéndole muchos cojines o almohadones para rellenar, se los ponían para que tuviera pecho, para que se viera como una mujer manchega. Desde entonces, se han ido eliminando muchas cosas, hasta que la talla está como ahora, mucho más estética para mi gusto. Luego hay muchas cosas que no se ven, porque primero se le pone el camisón, puesto que hay que vestirla como una persona, al ser una talla completa, con sus piernas.
TH: ¿Crees que se suelen copiar los estilos de unas vírgenes a otras?.
FG: Pues aquí, en La Mancha, somos muy dados, que yo tengo una lucha permanente con eso, a copiar lo de Andalucía. Aunque a mi me encanta Andalucía y me encanta Sevilla, no quiero perder las tradiciones castellanas, porque nosotros somos más sobrios, somos otra línea. Entonces, creo que no tenemos que convertir en «sevillanismo» nuestras tradiciones castellanas. Además, la Virgen de las Viñas no es nada andaluza ni de imagen, ni de policromía, ni de nada.
TH: ¿En qué te inspiras para arreglar a la Virgen de las Viñas?.
FG: Más o menos, igual que en el peinado, le voy marcando las tendencias, si se llevan más los volúmenes, o los años en los que la moda era más lo cuadrado con hombreras, pues le marcábamos más el manto. Ahora, por ejemplo, va más natural. Lo mismo pasa con los contrastes de colores, que lo normal habría sido ir en un ritmo clásico, pero en este momento nos atrevemos un poco más, porque trabajando una carta de colores puedes ir rompiendo un poquito.
TH: ¿El pelo también se lo arregláis vosotros?.
FG: ¡Sí! Cada vez que se le cambia de ropa, lleva un pelo distinto. De hecho, tiene pelo de distintas larguras. Por ejemplo, cuando viene de Tomelloso a Pinilla, que lleva ropa de viaje, con mantos más normales para el camino, lleva melenas más cortas. Ahora, en Romería, ha llevado una melena un poco más larga, al igual que en Feria y Fiestas, que le ponemos una melena todavía más larga, porque el manto es enorme, para que los volúmenes queden proporcionados.
TH: Todas las vírgenes tienen su símbolo. ¿Cuál es el de la Virgen de las Viñas?.
FG: La Virgen de las Viñas tiene un símbolo que nunca cambia, vaya vestida como vaya vestida, que es el medallón de alcaldesa perpetua. Siempre lo lleva puesto, así como su correspondiente bastón de mando.
TH: Es cierto que antes gustaba vestirla con un estilo mucho más clásico.
FG: ¡Sí! Ha ido evolucionando. Antes, se le peinaba con mucho más tirabuzón, lo cual hemos ido limándolo. De hecho, ahora, cada vez que se le cambia una peluca, se le tiene una semana entera con una mascarilla de pelo inerte puesta y, después, se le vuelve a lavar, porque es pelo natural, dejándola marcada con el peinado que llevará la próxima ocasión.
TH: Cuando arreglas a la Virgen de las Viñas, ¿qué sientes sabiendo que cada prenda que le pones, tiene un porqué, cuando han sido donadas?.
FG: Quien me conoce y quien está ahí conmigo, lo nota. Muchas veces, quienes están conmigo me dicen que lo deje, que ya no me está escuchando, pero yo estoy percibiendo unas sensaciones que, además, se las quiero hacer llegar a la persona. Son cosas que no puedes explicar. Por ejemplo, alguna persona me ha dicho que a las dos y cuarto se despertó con un sobresalto tremendo, sin yo decirle nada. Y a esa misma hora estaba vistiéndola con algo que había donado esa persona. Además, las camareras saben que yo he vivido cosas allí, que he prohibido que se cuenten porque se pueden malinterpretar, o se puede hacer mofa. Pero yo lo he vivido.
TH: Eso quiere decir entonces que, mientras que la arregláis, le estáis hablando.
FG: ¡Sí! Ese momento es muy emotivo. Además, en la parte de la espalda, lleva un corpiño y, ahí, le ponemos una bolsita donde metemos algo pequeño, como una fotografía de algunas personas que lo están pasando mal, que quieren que la Virgen de las Viñas lleve algo de ellas y que así nos lo hacen llegar. Cuando se vuelve a vestir, eso se retira y vuelve a cada persona, con sus fotografías y sus papelitos escritos.
TH: ¿Por qué ese secretismo a la hora de vestir a la Virgen de las Viñas?.
FG: Pues una persona me dijo una vez que eso tendría que verlo todo el pueblo, cómo la vestíamos. Pero le contesté que no, porque dudo mucho que a cualquier persona, cuando se ducha, le gustaría que la viera todo el pueblo. Pues en este caso es lo mismo, porque la Virgen de las Viñas por dentro es como una persona. De hecho, cuando la estoy vistiendo, la tengo con su ropa normal, con un moño bajo manchego y es preciosa, es como una niña, es muy joven.
TH: ¿Haces este trabajo de manera altruista?.
FG: ¡Sí! De todos los trabajos que he hecho, con la Virgen de las Viñas y con la Virgen de la Soledad son los únicos en los que no cobro, sea lo que sea.
TH: También has cambiado bastante a la Virgen de la Soledad.
FG: ¡Sí! Iba preciosa. Ahí cambié todo, palio y todo. De hecho, la culpable de que viniera la Virgen de las Viñas a Tomelloso siempre se ha dicho que era la Virgen de la Soledad, porque resultó la Virgen de la Soledad resultó tan preciosa, que decidieron encargar la Virgen de las Viñas al mismo imaginero de Valencia. Se llevan sólo unos meses de hecho.
