La jueza Alba María Nicolás, titular del Juzgado de Instrucción Número 2 de Manzanares, enviaba a prisión el pasado viernes, 17 de marzo, a Antonio Caba, por su presunta participación directa en el homicidio o asesinato de Juan Miguel Isla, cuyo cadáver era encontrado en el pozo de una finca, propiedad del detenido, ubicada en la localidad ciudadrealeña de Valdepeñas, después de llevar desaparecido desde el pasado día 22 de julio de 2022, cuando se desplazó de Alicante a Manzanares para cobrar unas tierras. Unos restos mortales que se encontraban el pasado martes, 14 de marzo, dentro de la Operación Mancanti, en la que participaban conjuntamente los agentes de la Guardia Civil de Ciudad Real, de la Unidad Central Operativa (UCO), de los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), de criminalística, así como del grupo de montaña de la Guardia Civil. Tras el hallazgo, se detenía a dos personas por su presunta relación con la desaparición, a los que se les imputa un delito de homicidio. Se trata de Antonio Caba, que había hecho de intermediario en la venta de dichas tierras del desaparecido, además de un colaborador de éste, Gaspar Rivera, de 78 años de edad, para los que se ha dictado prisión provisional.
Aunque Antonio Caba se acogió a su derecho a no declarar, saliendo prácticamente impasible, a cara descubierta e, incluso, sonriendo del Juzgado de Instrucción Número 2 de Manzanares, en el que un grupo de vecinos de Manzanares lo increparon al grito de asesino, su colaborador, Gaspar Rivera, natural de Daimiel pero residente en Valdepeñas, habría declarado su participación en el traslado del cadáver de Juan Miguel Isla al pozo, aunque también aseguró no haber cometido el asesinato. Un día antes, el pasado jueves, 16 de marzo, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, dedicó más de diez horas a registrar en las propiedades con las que cuentan los detenidos tanto en Manzanares como en Valdepeñas. En primer lugar, habrían encontrado una pistola, además de un machete en el vehículo de Antonio Caba. Por otra parte, en su domicilio, habrían hecho lo propio con veinte armas aproximadamente, así como con una serie de citas de Hitler.

Así pues, sobre Antonio Caba se tenían algunas sospechas desde hacía algunos meses puesto que, según adelantaban en exclusiva Castilla-La Mancha Media, así como El Periódico de España, la Guardia Civil estaba investigando la posible relación entre la desaparición de Juan Miguel Isla con la de otro hombre, ocurrida en la misma localidad ciudadrealeña de Manzanares tres años antes. Se trata de Jesús María González, de 55 años de edad, al que también se le perdió la pista el pasado día 19 de junio de 2019. Un conocido empresario de máquinas tragaperras, natural de Vitoria pero residente en Manzanares, al que se le perdió la pista después de vender dos vehículos de alta gama, concretamente de la marca Mercedes, por un valor de 14.000 euros cada uno. Al parecer, en dicha transacción, habría hecho de intermediario Antonio Caba que, tres años después, también habría ayudado a Juan Miguel Isla a vender unas tierras. A todo esto hay que sumar el caso de una tercera persona, un varón, igualmente vecino de Manzanares, que habría sido socio de Antonio Caba en algún momento, que apareció muerto en un pozo durante el pasado año 2019, aunque se consideró como un suicidio.
Una investigación que se precipitó con la intervención de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, cuya misión era poner nervioso a Antonio Caba. Así pues, el pasado miércoles, 25 de enero, emitían una nota de prensa en la que solicitaban la colaboración ciudadana para localizar el vehículo de Juan Miguel Isla, un Renault Clío de color gris plata, con matrícula 2786 FXW. Un día después, el pasado jueves, 26 de enero, era localizado gracias a la colaboración ciudadana, cuando un hombre lo encontraba en un descampado cercano a Albacete, al percatarse de que podía ser el mismo que había visto en El programa de Ana Rosa, de Telecinco. A partir de ese momento, Antonio Caba entraría en pánico, cometiendo varios errores, como acudir asiduamente al pozo de Valdepeñas en el que se encontraba el cadáver de Juan Miguel Isla para comprobar que el candado con el que se cubría estaba bien cerrado.

Además, según ha publicado en exclusiva Libertad Digital, Antonio Caba habría proporcionado a la Guardia Civil, sin saberlo, una gran pista sobre dónde se encontraba el cadáver de Juan Miguel Isla. De hecho, siempre permaneció cerca del entorno del empresario para estar al tanto de la marcha de la investigación, con los que hablaba de lo que creía que le podría haber pasado después de que se vieran el pasado día 22 de julio de 2022, cuando se le perdió la pista. Así pues, una de sus hipótesis era la de una marcha voluntaria mientras que, por otra parte, también aseguró que le podría haber pasado algo al intentar esconder el dinero que él mismo le había dado. Apuntó entonces a la posibilidad de «que estuviera en el interior de una cueva o se hubiera caído dentro de un pozo».
