Hace casi dos meses, concretamente cincuenta y tres días, los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios de Castilla-La Mancha (Infocam) empezaban a luchar para tratar de extinguir el incendio que se originaba en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Así pues, daba comienzo el pasado lunes, 25 de julio, en torno a las cuatro de la tarde. El fuego arrasaba entonces cuatrocientas hectáreas aproximadamente, todas ellas pertenecientes a fincas privadas como La Gata, La Malena o Los Llanillos, obligando a confinar de manera preventiva a toda la población de Ruidera, por posible afección de humo. Afortunadamente, el incendio se dio por estabilizado a las doce y media de esa misma madrugada, cuando las llamas, que se habían originado a unos dos kilómetros aproximadamente de las casas más cercanas, en la zona del puente La Esclusa, que se encuentra entre las lagunas Coladilla y Cenagosa, se encontraban ya muy cerca de afectar a la urbanización Los Villares.

Por suerte, el incendio se daba por extinguido dos días después, el miércoles, 27 de julio, en torno a las nueve de la noche. Para conseguirlo, trabajaron en su extinción un total de diez medios aéreos, cinco terrestres y 53 efectivos, así como se cortaron las carreteras N-420 y CM-3115. A pesar de una gran destrucción, puesto que el fuego arrasó unas cuatrocientas hectáreas aproximadamente, no se produjeron daños personales. De hecho, en las siguientes imágenes compartidas en su momento por los compañeros de Meteo Hellín en su cuenta de la red social Twitter, se podía comprobar la magnitud del incendio.
Cincuenta y tres días después de este incendio, Tomelloso Hoy ha podido comprobar in situ cómo la zona quemada del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera está empezando a recuperarse, mostrando sus primeros signos de vida, a través de vegetación que está volviendo a crecer en la corteza de los árboles que quedaron abrasados. Una lenta pero importante recuperación de la flora de Ruidera que nos deja las siguientes imágenes para la esperanza.



Hablamos con José Antonio Campos, responsable de la casa rural Los Campos, una de las pocas viviendas de Ruidera a las que el fuego se acercó peligrosamente. Aunque, afortunadamente, los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios de Castilla-La Mancha consiguieron que el incendio no la devorara, las llamas que llegaron prácticamente a sus puertas propiciaron que estallara un depósito de gasoil anexo a la vivienda, provocando una explosión que arrasó cristales, tejas y hasta la antena de televisión.



Aunque José Antonio Campos, responsable de la casa rural Los Campos, también se vio obligado a cancelar todas las reservas del pasado mes de agosto por culpa de los daños causados por el incendio, ahora se muestra contento porque «estaba todo negro y, en quince días, un manto verde, tiene ya medio metro o más», haciendo referencia a la reforestación que está viviendo la zona quemada del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. De hecho, asegura que aunque se vivieron momentos de mucha tensión, porque «había clientes en ese momento en la casa rural y me llamó la policía para decirme que los desalojaba», ha pasado muy poco tiempo y, ahora, «voy viendo verde otra vez y yo lo que quiero es ver verde la zona».


De hecho, José Antonio Campos nos cuenta que «esta zona estaba llena de cipreses, arizónica y madre selva, que era las únicas vistas que había desde hace ya más de 40 años y, ahora, hay que volver al principio». Una vida que se repite en la zona quemada del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera.

