Tal como ha informado la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones, el pasado sábado, 17 de febrero, se produjo una agresión en la cárcel de Ocaña II, en Toledo. Un interno intentó estrangular a un trabajador de dicho centro penitenciario, fracasando en su propósito gracias al auxilio de otros reclusos y trabajadores de la prisión. Un hecho ocurrido en el Módulo 4 de la cárcel en el momento de la bajada de celdas y posterior revisión de las mismas, cuando el funcionario de servicio se percató de que el interno estaba aún en su celda, sin salir, sentado en la cama, y desobedeciendo la orden para salir a desayunar.
Según informa en nota de prensa la APFP, el recluso contestó a las órdenes de funcionario: “Tú quién te crees para hablarme así, yo en la calle te reviento la cabeza a puñetazos”. Acto seguido, intentó propinar varios puñetazos contra el mismo, que logró esquivarlos y reducirlos, aunque, durante el traslado, el recluso “se giró bruscamente, arrojándose contra el funcionario e intentando estrangularlo”. De forma “inesperada”, explican dichas fuentes, han sido otros internos, además de trabajadores del centro penitenciario, los que han auxiliado al funcionario, que ha necesitado atención médica. El agresor, por su parte, ha sido trasladado al departamento de aislamiento.
Desde el sindicato exclusivo del centro penitenciario han que querido dar las gracias “a la gran profesionalidad de los trabajadores del centro, un incidente de extrema gravedad que se ha solventado gracias todos los presentes” y recuerdan que “pese al constante hostigamiento al que están sometidos por los responsables de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, los funcionarios de prisiones siguen respondiendo, como siempre lo han hecho, con dignidad, orgullo y profesionalidad“. Del mismo modo, han aprovechado para denunciar que los funcionarios de prisiones continúan trabajando “sin medios adecuados, sin una formación continua, con una grave falta de personal y sin equiparación salarial con los trabajadores en Cataluña“ y señalando que “desde la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias y el Ministerio del Interior se trata a los internos como a los «débiles» del sistema y no hacen el más mínimo esfuerzo para solucionar los problemas y la situación crítica que existen en las cárceles”.