Este año 2023, los laboratorios CINFA están elaborando una serie de cortometrajes, con las historias que describen las fotografías seleccionadas en el relato Algún día es hoy, que Belén Rueda escribió para el libro La mirada del paciente durante el pasado año 2020. La primera de estas piezas audiovisuales está dedicada a la Fundación Menudos Corazones, en la que los protagonistas son la propia actriz, así como el tomellosero Pablo Burillo, mostrando una conversación entre ambos, una madre y un padre que han visto su vida atravesada por la realidad de las cardiopatías congénitas. Un cortometraje del que Tomelloso Hoy ha querido saber más detalles, debido a la emoción que nos ha transmitido, manteniendo una charla con nuestro paisano Pablo Burillo, en la que nos cuenta que «los laboratorios CINFA llevan algunos años realizando un certamen fotográfico para hacer visibles a las asociaciones de pacientes con patologías plasmadas en el libro La mirada del paciente, en el que se describe la realidad tanto de los pacientes como de sus cuidadores, porque ponernos en el lugar del otro nos permite ver de una manera distinta». Así pues, «se trata de un certamen solidario en el que los premios son dobles». En primer lugar, «el que recibe el autor de la fotografía» mientras que, por otro lado, «el que se le otorga a la asociación de pacientes que éste elija como beneficiaria». En el caso de Pablo Burillo, «participé con una fotografía de mi hija Lara y de mi mujer, Reyes, leyéndole un cuento, con la Fundación Menudos Corazones a la que pertenezco, que se eligió para la publicación de este libro». Además, «la fotografía iba acompañada del relato Algún día es hoy, escrito por Belén Rueda, que es la presidenta de honor de la Fundación Menudos Corazones, la cual sabe de lo que habla porque perdió a una niña con ocho meses debido a esta enfermedad».

Así pues, Pablo Burillo reconoce que «cuando nos propusieron hacer el cortometraje, quisimos colaborar puesto que esta es la única manera que tenemos de devolverles lo que han hecho por nosotros y por mi hija». Así pues, la pieza da a conocer «la cardiopatía congénita, una patología que no se conoce pero que es muy común, puesto que en España nacen diez niños al día con ella», así como muestra «el apoyo que nos brindan las entidades de pacientes como la Fundación Menudos Corazones». Su labor consiste en «informarnos porque, cuando diagnostican a tu hijo estás perdido, puesto que no sabes nada de la propia enfermedad, de a quién dirigirte o a qué nos va a llevar». También, «la labor que hacen de acogida, ya que disponen de una casa en Madrid para las familias que nos tenemos que desplazar por un largo periodo de tiempo». De hecho, Pablo Burillo recuerda que «mi hija Lara nació en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y había que operarla en seguida, en cuanto naciera, así que te dicen que vas a estar en Madrid, en principio, por poco tiempo, un mes y medio, aunque luego las operaciones pueden salir bien o regular y nunca sabes cuando vas a acabar». En su caso, «algo no salió como debía y tuvimos que pasar en Madrid diez meses, estando en esa casa y conociendo a familias que están pasando por lo mismo que tu, lo cual era de gran ayuda porque, cuando te informan de la situación, no sientes nada más que miedo».
De igual manera, Pablo Burillo recuerda cómo «la Fundación Menudos Corazones nos prestó apoyo psicológico constante, además de orientación en la gestión directa para solicitar cualquier tipo de ayudas puesto que, en nuestro caso, estuvimos ocho meses con Lara ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital 12 de Octubre de Madrid». Una entidad a la que se puede ayudar «a través de donativos, así como con las cuotas al hacerse socio». También, con campañas «como las que se han hecho aquí en Tomelloso, repartiendo piruletas con un donativo simbólico o exposiciones fotográficas». Todo ello para poder continuar «con su beca de investigación de la enfermedad, así como abriendo alojamientos en otras ciudades, al igual que se ha hecho en Madrid». Para conseguirlo, también han grabado este cortometraje, «una experiencia inolvidable», en palabras de Pablo Burillo, puesto que «desde el primer minuto, Belén Rueda ha entendido que nosotros no éramos profesionales, intentando tranquilizarnos y guiarnos en un terreno desconocido para nosotros». Así pues, «mientras grabábamos, ella nos iba contando detalles técnicos del proceso de rodaje, anécdotas curiosas de su carrera como actriz, todo para que nos sintiéramos relajados y cómodos». No obstante, «teníamos claro que no se trataba de una actuación como tal, sino de una charla distendida entre una madre y un padre de niñas cardiópatas, en situaciones del día a día más real así que, en muchos momentos, no nos sentíamos rodeados de cámaras ni siendo grabados».
