Aunque la Semana Santa está llegando a su ecuador de este año 2023, en Tomelloso prácticamente estamos comenzando a vivirla, puesto que la mayoría de nuestras procesiones tendrán lugar a partir de este jueves, 6 de abril, Jueves Santo, a excepción de la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, cuyo nuevo trono deslumbraba en la procesión del pasado Domingo de Ramos. Una Semana Santa que, desde Tomelloso Hoy, les estamos contando con detalle con una programación especial en la que, además de las procesiones, no podíamos pasar por alto a todas aquellas personas que las hacen posibles durante todo el año. Es el caso de Santiaga Lara que, desde hace 24 años, cuida de la Virgen de la Esperanza, una imagen que, cada Viernes Santo por la tarde, recorre las calles de Tomelloso en la procesión de la Muerte y entierro de Cristo, siendo portada a hombros por aproximadamente sesenta miembros de la Hermandad de Jesús del Perdón y Cristo del Calvario. De hecho, Santiaga Lara nos cuenta que la Virgen de la Esperanza la talló su marido, puesto que «tuvo un accidente, se le cayó un tramo de una grúa encima y, cuando iba en la ambulancia, dice que notaba cómo la virgen lo acompañaba todo el tiempo». Así pues, cuando estaba recuperándose de dicho accidente, en silla de ruedas, «decidió probar a tallarla, porque la virgen es toda de madera y mira que bonita le salió, puesto que tiene sus piernas y un cuerpo como el de una mujer». Tanto es así que, dos años después, los expertos consideraron que la Virgen de la Esperanza podía salir en procesión, momento en el que Santiaga Lara, junto a su madre, de quien aprendió a bordar, «nos liamos a hacerle un manto, que lo hicimos en seis o siete meses y, desde entonces, le he ido haciendo y bordando todos los mantos y las cosas que ha ido necesitando».
De hecho, Santiaga Lara reconoce que «yo todos los años es como si tuviera una comunión, le hago un vestido o un manto a la Virgen de la Esperanza, así que todos los años lleva algo de estreno, porque todos los ratos que tengo libres los empleo en bordarle algo a ella, me gusta mucho». Como no podía ser de otra manera, este viernes, 7 de abril, Viernes Santo, estrenará un nuevo palio en la procesión de la Muerte y entierro de Cristo, porque «a mi me gustaba que la Virgen de la Esperanza llevara un palio bonito pero, como no teníamos dinero para comprar el material con el que poder hacerlo, en la época de Semana Santa, hago hojuelas o rosquillos para vender y, en la época de verano, hago tomates en sal y perdices en escabeche así que, de todo lo que saco, compramos los hilos y las telas». Unos hilos de oro para bordar muy costosos, puesto que «cada borla vale cuarenta euros». Así, poco a poco, Santiaga Lara recuerda que «conforme iba cogiendo algo de dinero, lo iba empleando en mis hilos y telas».
Aunque «en ese momento llegó la pandemia», a Santiaga Lara le pilló «con casi todo en hilo y con la tela comprados, así que en eso ocupé mi tiempo». Horas dedicadas a bordar «y venga a bordar porque yo no salía a nada, tuve mucha suerte porque así me entretuve y, mientras bordaba, le pedía mucho a la Virgen de la Esperanza porque tuve mucho miedo de todo lo que estaba pasando». Tanto es así, que recuerda que «las noches que no podía dormir, me levantaba y me ponía a bordar y, así, pasaba el tiempo». De hecho, en aquellos momentos llegó a bordar un palio entero, «que es el que vamos a ver esta Semana Santa en la procesión». También, estrenará vestido y estandarte, que «los hicimos para la última procesión pero, como llovió, no se pudieron lucir, así que se van a estrenar este año». Una ardua labor que Santiaga Lara realiza «a dedo porque, sobre la tela, tienes que tener mucho cuidado» pero de la que reconoce ser autodidacta, puesto que «yo en la pandemia no tenía ni dibujos, así que es diseño mio, porque me gusta hacerlo a mi manera». Ahora, tiene como proyecto «otro manto, porque tengo la tela aunque, como todos las veces, tengo que juntar algo de dinero para comprar el hilo». Desde Tomelloso Hoy estamos seguros de que será precioso, sin nada que envidiar a los realizados en otras localidades cercanas. De hecho, Santiaga Lara recuerda en tono de humor cómo, durante una procesión, su hermana «escuchó decir que los mantos se habían comprado en Almagro«, a lo que contestó «que no, que los había hecho su hermana, porque en Tomelloso también tenemos muy buenas manos».