El relevo generacional es un acto inevitable con el paso del tiempo, pero también generoso e imprescindible para que las tradiciones mas arraigadas en nuestra sociedad continúen presentes y nunca lleguen a caer en el olvido. Y la tarde de hoy, 1 de diciembre, ha sido un claro ejemplo de ello.
La Hermandad de Nuestra Señora del Mayor Dolor de Tomelloso ha llamado a elecciones a sus cerca de 250 hermanos para elegir a un nuevo presidente. Quien hasta ahora ostentaba el cargo, Marcelino Bonillo Martínez, incansable en su compromiso con la Hermandad que ha presidido durante 25 años, ha dado el testigo a una joven promesa: Paco Navarro, de 23 años.
El nuevo presidente augura aires nuevos, pero manteniendo la línea que Marcelino Bonillo ha seguido durante un cuarto de siglo. Lo hará rodeado de un equipo de confianza, entre los que se encuentra el propio Bonillo, ahora como tesorero. Su gran labor será atraer a nuevos fieles que deseen pertenecer a la Hermandad y, sobre todo, formar parte de la misma como penitentes en sus días grandes: el Jueves y Viernes Santo de la Semana Santa de Tomelloso.
Recién elegido presidente, nos acercamos al joven Paco Navarro para conocer mas su historia, su devoción por la Fe cristiana y qué le ha llevado, siendo tan joven, a ponerse al frente de una responsabilidad tan grande como es presidir la Hermandad de la Virgen del Mayor Dolor.
En Tomelloso Hoy: PACO NAVARRO
Tomelloso Hoy: Paco, queremos conocerte más, ¿desde cuándo tienes esta devoción por la Virgen? ¿Cuál es tu primer recuerdo?
Paco Navarro: La devoción me viene prácticamente desde que tengo uso de razón. Mi abuela Angelita y su hermana Encarnita fueron de las primeras mujeres en salir con la Virgen, cuando aún salían las conocidas «manolas» y no había túnicas. Ese legado lo siguieron mis tías y mi madre, que también salieron algún que otro año de manolas, pero sobre todo con túnicas tras su imposición en 1989. La tercera generación, la mía y la de mis primos, siguen con esta devoción. Somos 6 primos, y a día de hoy salimos todos. Esta herencia cofrade que nos ha dado mi abuela materna ha seguido hasta la cuarta generación, con sus bisnietos, los hijos de mi prima mayor Azucena, que también son hermanos de la Hermandad, y seguro que cuando crezcan también saldrán acompañando a la Virgen. Pero esto no solo se queda ahí, los maridos de mis tías también se hicieron hermanos, siendo costaleros de la Virgen.
Recuerdos tengo muchos, sobre todo cuando todavía no podía procesionar por mi edad y veía la procesión del Jueves Santo en la Calle del Carmen con mi abuela Pilar y mi abuelo Emilio, o la del viernes por la mañana en la esquina de la calle San Luis con mi abuelo Alejandro. Cuando veía pasar nuestra Hermandad sentía especial orgullo y cierta envidia sana de esos niños de mi edad que sí salían con el estandarte. Yo le pedía a mi madre el poder salir en Semana Santa con la Virgen todos los años. Fue en el año 2012 cuando mi madre me dio permiso para salir por primera vez con su túnica.
La semana Santa la vivimos de manera especial por todo ello. Tenemos la tradición de vestirnos toda la familia en casa de mi abuela, y son momentos muy bonitos que se quedan en la retina de uno: nervios, prisas, ilusión, emoción, nostalgia de los que ya no están…
T.H: ¿Qué balance haces de la gestión de la Hermandad hasta ahora?
P.N: Marcelino Bonillo y todo su equipo directivo, que le han acompañado en estos más de 25 años de mandato, han realizado un trabajo intachable. Consiguieron hacer una reforma integral de la Hermandad: un trono nuevo en plata repujada, una cruz guía con sus correspondientes andas, dos estandartes, la Casa Hermandad… y multitud de proyectos y actos que han luchado por seguir manteniendo esta Hermandad en lo más alto a pesar de los tiempos alejados de la religión que vivimos.
Especialmente agradezco a Marcelino la capacidad que ha tenido de confiar en los jóvenes, especialmente en mí. Gracias a su confianza hemos realizado cosas muy bonitas como multitud de altares y actos que han sido un éxito, me viene a la cabeza el altar del Corpus Christi de este año, por ejemplo.
Esa es una de las mejores virtudes que puede haber en el mundo cofrade, y en la vida en general: saber confiar en los jóvenes y darles una oportunidad, solo así se consigue atraer gente joven y asegurar un relevo generacional.
T.H: ¿Te ha dado algún consejo Marcelino?
P.N: Sí, me ha dado muchos a lo largo de los años. Él me llamó en 2013 para salir por primera vez representando a la Hermandad en la procesión del Corpus Christi, tenía solo 12 años. Estos casi 11 años han dado para muchos consejos.
Siempre me ha recomendado evitar el tema político, es muy difícil ser neutral, y más cuando tenemos la libertad de expresión, pero Marcelino siempre ha aportado por la neutralidad para el bienestar de la Hermandad y una buena relación con las instituciones.
Otro consejo es sobre el dinero. Hay que ahorrar en lo máximo posible, cualquier pellizco que puedas quitarle a la Hermandad, conseguirá que al final del año sean varios pellizcos y suponga un gran ahorro que se puede invertir en proyectos y necesidades reales.
T.H: Es algo muy llamativo por lo joven que eres tu disposición A ser presidente de la Hermandad, ¿Qué consejo le dirías a la gente de tu generación para con las tradiciones más arraigadas?
P.N: Mi consejo es sencillo. Hacer lo que a uno le gusta sin importar la opinión de los demás. No hay que seguir modas o no querer que nos impongan una etiqueta. Al fin y al cabo, estas son nuestras tradiciones, las costumbres de nuestros antepasados que nos han permitido tener el mundo actual en el que vivimos.
El mundo cofrade y la Semana Santa en especial son apasionantes y muy gratificantes, solo cuando lo vives desde dentro puedes entender porque es tan especial.
T.H: ¿De qué forma crees que podría acercarse la Fe y la religión a la gente más joven?
P.N: Poniendo menos impedimentos a la hora de participar. Si a la gente joven se le trata bien, con respeto, cariño y dándoles confianza, será garantía de éxito y de atraer a más jóvenes.
Las hermandades somos un gran vehículo de evangelización, que atraemos a la gente con la vistosidad de nuestras imágenes y nuestros tronos. Cuando despertamos esa curiosidad es cuando comienza el proceso de evangelización. Se acercan a la Hermandad, y ahí es cuando acaban descubriendo su fe y el mensaje de Cristo.
T.H: ¿Cuántos fieles componen actualmente la hermandad?
P.N: Actualmente somos sobre unos 250 hermanos. No somos muchos, pero bien avenidos y abiertos a todo aquel que quiera procesionar con nosotros y hacerse hermano.
T.H: ¿Qué puedes contarnos del nuevo equipo que te acompaña en esta aventura?
P.N: Pues el equipo que me acompañará está formado por gente veterana de la hermandad, que llevan muchos años procesionando. Sobre todo, personas con distintas opiniones y puntos de vista, para entre todos poder conseguir tomar las decisiones más acertadas y beneficiosas para la Hermandad
T.H: ¿Qué objetivos esperáis alcanzar?
P.N: Quiero centrar mi legislatura en la evangelización y en conseguir aumentar el número de penitentes en nuestras salidas procesionales.
La evangelización porque como hermandad debemos transmitir el mensaje de Cristo. Por ello tengo una serie de proyectos para conseguir que la gente vaya a los actos religiosos de la Hermandad, y no solo se queden con las dos salidas procesionales.
En cuanto al tema de nuevos hermanos. Si es verdad que en el número de penitentes hemos notado un bajón. Las personas mayores van teniendo menos posibilidades de salir por motivos de salud, y el relevo de la gente joven prefiere salir en el trono con la Virgen siendo anderos, lo cual es también motivo de alegría porque tenemos lista de espera para poder llevar en hombros a Ntra. Sra. del Mayor Dolor, pero también hay que enfocar los nuevos hermanos en los penitentes, para que las filas que acompañan a la virgen sean más nutridas y el paso de nuestra hermandad sea más vistoso, y por consiguiente la Virgen vaya más arropada tanto el Jueves Santo como el Viernes Santo.
Este año ya empezamos con este trabajo, cediendo túnicas propias de la hermandad a nuevos hermanos y buscando túnicas que se quedan guardadas en casas, para que las pudiesen usar la gente nueva. Salimos unos 80 penitentes el jueves Santo, cuando el año pasado fueron unos 45. Queremos seguir ese camino para seguir creciendo.
T.H: ¿Hay ya algún proyecto en marcha que nos pueda contar?
P.N: La Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor es una Hermandad que siempre tiene proyectos entre manos, porque Marcelino ha sido y es muy activo en el tema de trabajar por la Virgen, y todos los años hay siempre novedades con él. Lo último ha sido la adquisición de 4 nuevos guardabrisas.
A mí me gustaría hacer más funcional la casa Hermandad en cuanto a la distribución, y sobre todo acoger más actos de la Virgen para hacerla el punto neurálgico de la Hermandad, donde nuestros hermanos se sientan como en casa. Lo iremos abordando en estos 4 años, junto a más proyectos que esperamos puedan salir adelante si la situación económica lo permite.
T.H: El pasado mes de septiembre tuvisteis una iniciativa para comprar unas andas nuevas en este caso a San Antón, ¿en qué punto está eso?
La Hermandad de Ntra. Sra. del Mayor Dolor y San Antón están muy vinculadas. Hicimos conjuntamente el altar del Corpus Christi, y siempre que necesitan algo les ayudamos en lo posible. Nos gusta ayudar a los demás siempre que podamos.
Si Dios quiere, estrenarán sus nuevas andas el próximo mes de enero en sus fiestas.
T.H: ¿Quieres dirigir un mensaje a dichos fieles ahora ya como presidente electo?
P.N: Solamente quiero pedir esa confianza de la que tanto he hablado. Que no se caiga en el prejuicio de la juventud y la inexperiencia.
Quiero poder gozar del apoyo que ha tenido Marcelino durante todos estos años. Se que será difícil estar a su altura, porque él ha conseguido grandes logros para esta Hermandad y tal vez nunca nadie esté a su altura, pero lo que si tengo seguro es que lo haremos lo mejor posible y con mucha ilusión.
Sobre todo, animar a todos los hermanos a participar no solo en las procesiones de Semana Santa, sino a venir a todos los actos que programaremos a lo largo del año. Porque heredamos de Marcelino una hermandad viva los 365 días del año, y así queremos que siga siendo.
T.H: Paco, vemos que tienes las ideas claras y toda la energía del mundo. ¡Suerte y a por ello!
P.N: ¡Muchas gracias a vosotros!