Ángel Grande [Polito]: «Me gustaría que todo Tomelloso me felicitara por los 65 años que cumplo el próximo 12 de agosto»

Es una de las personas más conocidas de Tomelloso. Se lo ha ganado a pulso siendo asiduo a todas las celebraciones de nuestra localidad, como la Romería, la Feria y Fiestas, las procesiones, etc. Pero, sobre todo, como seguidor de su querido Atlético Tomelloso. Siempre acompañado por la gran vitalidad que lo caracteriza, es extraño que cualquier persona que resida en Tomelloso no se haya cruzado alguna vez con él. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de Ángel Grande Núñez, al que todos conocemos cariñosamente como Polito. Un apelativo que, según nos comenta, «viene del puesto que su padre llevaba por las calles de Tomelloso». Desde entonces, es habitual verlo saludando, riéndose o bromeando con cualquier persona. De hecho, el motivo por el que lo entrevistamos no es otro que su próximo cumpleaños porque, aunque parezca mentira, Ángel Grande Núñez cumple sesenta y cinco años el próximo sábado, 12 de agosto. Decimos que parece mentira porque algunos estamos tan acostumbrados a verlo prácticamente desde que nacimos, siempre tan cercano y entrañable, que nos resulta extraño que los años pasen también por él. Como sabe que cuenta con el cariño de todas las personas de Tomelloso, quiere «que todo el mundo lo sepa para que me feliciten por mi sesenta y cinco cumpleaños». Unos años que comenzaron en nuestra localidad, donde nació, aunque nos cuenta que «mis padres vinieron a vivir aquí pero eran de Arjona, en la provincia de Jaén». Habla con mucho cariño de su hermano Felipe, que vive en Alcalá de Henares, así como de sus sobrinos. También, de su hermana María del Carmen que vivía con él en la Residencia de San Víctor, donde murió.

Aunque nos recalca que «soy el más pequeño de mis hermanos», eso no ha sido sinónimo de una vida sencilla para Ángel Grande Núñez. De hecho, asegura que, «cuando era niño, tuve que convertirme rápido en adulto para ayudar a mi padre, que se dedicaba a vender lotería en Tomelloso, además de por los pueblos de alrededor». Así pues, recuerda emocionado cómo «nos íbamos en la viajera a Socuéllamos, a Las Mesas, San Clemente, Las Pedroñeras, El Provencio o Mota del Cuervo, donde dormíamos en una posada». Una dura labor que, sin embargo, los llevó a dar «el premio gordo de la lotería, con el número 14.313, que cayó en Belmonte, tocándole a mi padre doscientas mil pesetas de aquella época». Justo después, se acuerda de que «tuvimos un puesto de chucherías en la Calle Doña Crisanta, que también vendíamos por las calles de Tomelloso, en el que llevábamos pastillas de burra o chicles de mazorca». Así, poco a poco, se ha ido ganando el cariño de la gente, de la que reconoce que «en Tomelloso todo el mundo se ha portado muy bien conmigo», por lo que cuenta con muchos amigos. De hecho, asegura que «si te tuviera que decir todos los nombres de los amigos que tengo, te iba a abultar». Sin embargo, reconoce que «los mejores amigos que he podido tener nunca en la vida son los de la Peña Los Canuthi», cuyos miembros lo han introducido en todos sus actos sociales, añadiendo que «ahora mismo, después de mis hermanos, lo mejor que me ha pasado en la vida es la Peña Los Canuthi». De todos ellos, nombra con mucho cariño a José María «El Chato», del que dice que «es un cacho pan» o a Loren, aunque también se acuerda de los miembros que ya no están.

De hecho, sobre la Peña Los Canuthi, así como de todos sus miembros, Ángel Grande Núñez considera que «para mi son los mejores, puesto que se han portado muy bien conmigo, porque me han llevado a todas partes, lo cual no lo hace nadie pero ellos sí lo han hecho por mi». Uno de esos lugares, en el que reconoce que mejor se lo ha pasado, «es cuando me llevaron a Ibi», aunque también «estuvimos en Madrid, en el teatro, viendo a Los Morancos, lo cual es un detalle, que te pone así de ancho y hasta se me saltan las lágrimas porque me quieren mucho y yo a ellos». De todos esos momentos entrañables con la Peña Los Canuthi, recuerda emocionado que «en Madrid, me llevaron al Mesón de Juan, en el que no sólo no me dejaron pagar, sino que me decían: ¡Pide, muchacho, que nosotros lo pagamos!». Así pues, se siente «como un hijo suyo», porque le preparan hasta sorpresas, puesto que «me han dicho que me van a hacer una celebración por mi sesenta y cinco cumpleaños, que creo que será en el Triana, pero que todavía no me lo han querido decir». Con ellos, también es asiduo al tradicional Guateque que, como cada año, celebran en los Jardines del Parque de la Constitución de Tomelloso para el que, en esta ocasión, «me ha preparado una camisa Sor Carmen, que me prepara muchas cosas». Dice que es «la jefa de la Residencia de San Víctor», en la que reside desde hace diecinueve años, donde asegura que «me cuidan muy bien y me ayuda mucho». Tanto es así, que recuerda entre risas que muchos lo llaman «el niño de las monjas».

Aunque es un asiduo de todas las celebraciones de Tomelloso, le preguntamos a Ángel Grande Núñez cuál es la que más le gusta de todas ellas, asegurando que «es la Semana Santa y salir en la Procesión del Silencio del Viernes Santo por la noche», así como «San Cristóbal que, aunque me gustaba mucho subirle los ramos al santo, este año no he podido porque me dio un tirón en la pierna». También, recuerda lo bien que lo pasaba siendo el toro de fuego del Barrio del Carmen, para lo que «me llamaban todos los años, salía y, luego, me pagaban diez mil pesetas, que eran muchos cuartos por aquel entonces». Aunque recuerda que «era un capital grande», también reconoce entre risas que «me duraban muy poco las diez mil pesetas». Sin embargo, reconoce que tuvo que dejar de hacerlo porque «una vez se me cruzó un muchacho, se puso la madre cicata y, entonces, ya no volví a salir, porque la gente hace mucho el tonto, puedo quemar a alguien y meterme en un lio, así que ya no puedo». Antes de terminar, lo que sí reconoce seguir al detalle es el fútbol, siendo un gran aficionado del Barcelona, aunque «el Atlético Tomelloso es mi pasión». De hecho, recuerda que «cuando mejor lo pasé es aquella vez que jugamos con el Don Benito». Esperamos que, ahora, también, lo pase genial en la celebración de su sesenta y cinco cumpleaños. ¡Felicidades, Ángel!