Hace sólo tres semanas, se hacía viral la aparición de un caimán de anteojos de 95 centímetros en una balsa de agua de un terreno de Toledo, que tenía que ser rescatado por los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), acompañados de la empresa SAFARI MADRID. Se trata del mismo equipo que, de nuevo, ha tenido que intervenir para rescatar a una tortuga mordedora de grandes dimensiones en la localidad toledana de Méntrida. El aviso lo dieron un grupo de adolescentes al avistarla en un pequeño lago ubicado en el parque municipal. Poco después, se pudo comprobar que se trataba de una chelydra serpentina, un tipo de tortuga potencialmente peligroso puesto que cuenta con una potente mordedura, además de ser agresivo. Así pues, puede conllevar un peligro para mascotas o niños.
Después de varias horas de espera, la tortuga acudió a la orilla, en la que el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) y la empresa SAFARI MADRID, habían depositado alimento, al poseer un desarrollado sentido del olfato debajo del agua. Así pues, consiguieron capturarla con una red de grandes dimensiones, que no causó ningún daño a la tortuga, con la colaboración de la Guardia Civil. Poco después, comprobaron que el animal no tenía microchip, que es obligatorio en este tipo de especies peligrosas, procediendo a derivarla a las instalaciones de SAFARI MADRID. Entidad que, a través de su cuenta @safarimadridoficial de la red social Instagram, ha declarado que «con este suceso queremos concienciar a las personas de la responsabilidad que supone adquirir mascotas tanto domésticas como exóticas, además del peligro que implica soltarlas en un hábitat que no es el suyo, puesto que son animales invasores con una alta capacidad de adaptación». De igual manera, la Guardia Civil ha recordado «que las multas por abandonar a este tipo de ejemplares son altas, al tratarse de un atentado contra la flora y la fauna local».