Durante las últimas semanas, una oleada de robos se está multiplicando en los cementerios de la provincia de Toledo. Normalmente, los ladrones utilizan siempre el mismo método, que consiste en acceder por la noche al camposanto, sustrayendo decenas de crucifijos, así como de adornos de bronce o de latón de las lápidas, marchándose posteriormente sin dejar rastro alguno. Un tipo de robo que no es casual, al tratarse de objetos de gran valor, puesto que contienen cobre, un material cuyo precio en el mercado de la chatarra alcanza actualmente los siete euros por kilo. Así pues, una vez sustraídas, las piezas se derriten para extraer el cobre, vendiéndolo después en el mercado negro como material de deshecho.
De hecho, son ya más de siete los cementerios de la provincia de Toledo que han padecido esta oleada de robos. Se trata de los de las localidades de Lucillos, Cebolla, Erustes, Lagartera, Gamonal, Torrijos, Bargas y Los Yébenes. En este último camposanto, los ladrones se han llegado a llevar un busto de grandes dimensiones dedicado a Juan Garoz Pedraza, un conocido empresario y taxidermista que murió en 1996 a los 84 años de edad. Ahora, a través de las redes sociales, sus allegados no sólo han denunciado el hurto, sino que también han ofrecido una recompensa de 10.000 euros «a quien lo encuentre en alguna chatarrería», confiando en que «las fuerzas del orden y todos los chatarreros y recicladores nos ayuden a encontrar nuestro busto».
