Aproximadamente 500 vecinos de la localidad conquense de Quintanar del Rey han querido dar el último adiós a Lara e Iris, las dos pequeñas de 9 y 11 años que, el pasado jueves, 15 de diciembre, eran asesinadas por su madre, Paola, una agente de la Guardia Civil que estaba destinada en el cuartel de dicho municipio. En torno a las 11 horas de la mañana de este sábado, 17 de diciembre, tres vehículos han portado los restos mortales de las víctimas, que han llegado a la Iglesia de San Marcos Evangelista de Quintanar del Rey, en la que ha tenido lugar el sepelio. Unas 300 personas han caminado junto a la pompas fúnebres de las pequeñas, desde el tanatorio hasta la parroquia de la localidad, situada en la Plaza Mayor, que se ha quedado pequeña, no pudiendo entrar todo el público que se había desplazado hasta la zona, que han tenido que seguir la misma de despedida desde el exterior del templo.
Los féretros de Lara e Iris han sido introducidos a hombros por su padre, Santiago, hasta el interior de la Iglesia de San Marcos Evangelista de Quintanar del Rey. Familiares, amigos, vecinos, así como agentes de la Guardia Civiles han expresado su dolor acudiendo al sepelio, al que también se ha unido al pesar institucional del alcalde de la localidad conquense, Martín Cebrián. Justo después, los restos mortales de las pequeñas se han dirigido hasta el cementerio de Quintanar del Rey, en el que han recibido sepultura.

A primera hora de la mañana del pasado jueves, 15 de diciembre, un agente de la Guardia Civil de Quintanar del Rey, extrañado porque su compañera Paola no hubiera acudido a trabajar, decidió entrar en su apartamento, en el que residía dentro del acuartelamiento. Allí, descubrió su cuerpo sin vida, así como el de Lara e Iris, sus hijas, de 9 y 11 años de edad. Al parecer, poco antes, Paola había disparado a las dos menores para, posteriormente, suicidarse. Aunque, rápidamente, se avisó a los servicios de emergencias, cuando se personaron en el lugar de los hechos, únicamente pudieron certificar el fallecimiento de las tres. Natural de la localidad gaditana de Algeciras, Paola llevaba trabajando en el cuartel de la Guardia Civil de Quintanar del Rey desde el pasado año 2009. Allí, conoció a Santiago, con el que se casó y tuvo a Lara e Iris. Ahora, la Policía Judicial de la Comandancia de Cuenca investiga lo sucedido.
