Todo ocurría en un control rutinario de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) y del Servicio Cinológico de la Guardia Civil que se encontraba situado en la autovía A-43 a la altura de la localidad albaceteña de Villarrobledo. Allí, Pompa, una perra de raza pastor belga malinois especializada en la búsqueda y detección de dinero, así como de personas desaparecidas, marcaba uno de los asientos traseros de un vehículo, bajo el que aparecían 280.000 euros en 28 tacos de billetes de 50 euros, que el conductor transportaba ocultos. El conductor, un varón de 35 años natural de la localidad malagueña de Marbella, había instalado una silla de bebé sobre dichos asientos. En el momento en el que la Guardia Civil descubrió el dinero, el conductor no fue capaz de acreditar el origen lícito del mismo, por lo que se procedió a su intervención en base a la Ley 10/2010. Además, al exceder la cantidad máxima sin declarar que se permite dentro de España, que son 100.000 euros, la Guardia Civil denunció al conductor por una infracción administrativa sobre la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo.
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